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Foto del escritorAntía Touriño

Didáctica tema 4

La evaluación en el aula de lenguas extranjeras

En esta publicación hablaré sobre el segundo tema que hemos dado con Cristina: la evaluación en el aula de lenguas extranjeras. Durante esta sesión, hemos visto y hablado sobre los tipos de evaluación que hay (inicial, formativa y final) y sobre las rúbricas.


La evaluación es clave para conocer el desarrollo del aprendizaje del alumnado. Sin embargo, aún habiendo un amplio abanico de opciones sobre cómo hacerlo y diferentes tipos, la mayoría del profesorado se decanta siempre por: evaluación formativa o final con un examen. Yo he pasado toda mi vida escolar rigiéndome por las notas de los exámenes. Sin embargo, siempre supe que tenía un 8,5 en mis conocimientos sobre los huesos del cuerpo, pero nunca supe si mi competencia digital era adecuada, si había superado los objetivos sobre la competencia de iniciativa emprendedora, etc. Hoy en día, me parece que en muchos casos las notas numéricas son necesarias, pero no en todos. Ahí es cuando deberían entrar en el juego diferentes tipos de instrumentos para evaluar, como por ejemplo, la rúbrica. La primera vez que me evaluaron con una rúbrica fue en este máster. Sinceramente, me pareció una forma súper cómoda de superar los propósitos que el profesor tenía para esa actividad. Yo me regía por la tabla donde aparecían todos los objetivos a superar, y de esta manera no se me escapaba nada. Para mí, como alumna, tiene un sinfín de ventajas.


Uno de las actividades que tuvimos que realizar en esta sesión, fue la elaboración de una rúbrica sobre la actividad que creamos en la sesión anterior (y que podréis ver aquí). A pesar del tiempo que hemos tenido para trabajar, a mi grupo y a mí no nos dio tiempo a elaborarla como nos hubiera gustado. Así, nos dimos cuenta de que a veces no es tan fácil como decir «hago una rúbrica para evaluarla en cinco minutitos y ya está». Para realizar este tipo de herramientas hace falta tener claro cuáles son los objetivos que esperas del alumnado y cómo esperas que los superen. Aún así, esta actividad me ha parecido un «simulacro» para ir practicando para cuando seamos profesores y profesoras. Sinceramente, me ha venido bien un golpe de realidad para tener claro que no todo va a ser tan fácil. Si queréis echarle un vistazo a nuestra rúbrica, os la dejo por aquí:


Además de la rúbrica, hay muchas más herramientas que se pueden utilizar para la evaluación. Por ejemplo, una de ellas que hemos visto en clase son los comentarios. Evaluar solo con comentarios y no con notas ayuda al alumnado a fijarse mucho más en sus fallos y dejar un poco de lado esa presión que sienten de aprobar o no aprobar. Este tipo de herramienta creo que funcionaría muy bien en una evaluación formativa, ya que así el alumnado podría aprender de sus fallos y no cometerlos en futuros trabajos.


Por otro lado, otro tipo de evaluación que me parece fundamental para una buen funcionamiento del aula es la evaluación del profesorado, tanto la autoevaluación como la evaluación del alumnado. De esta manera, el docente podrá saber si su metodología funciona, si hay algo que cambiar, si el alumnado está motivado, etc. Este tipo lo veo más indicada para una evaluación final, para poder dar tiempo a que la metodología se desarrolle según lo establecido y los alumnos/as la puedan evaluar generalmente. También podría evaluarse después de cada tarea o actividad, aunque sería más complicado.


La actividad que hemos hecho en clase relacionada con la evaluación, es la realización de una evaluación final de la actividad que preparamos en las sesiones anteriores. Esta actividad, aunque principalmente parece fácil, nos costó bastante, ya que nuestra actividad estaba diseñada para la primera clase de un curso para español para extranjeros. De esta manera, era una clase basada en el debate, difícilmente evaluable de forma final. De hecho, sería una actividad perfecta para hacer una evaluación inicial, sobre todo de nivel. Sin embargo, conseguimos realizar la actividad, que podéis ver a continuación:

En conclusión, la evaluación es un proceso importantísimo a la hora de aprender cualquier cosa. Las correcciones son las que te ayudan a aprender y a superar los objetivos marcados. Por lo tanto, tener una buena metodología de evaluación es fundamental para que el grupo aula progrese. A mí parecer, creo que siempre hay que ir más allá y probar maneras diferentes para saber cuál es el tipo de evaluación que funcione mejor. Los exámenes no son una mala opción si se combinan con otro tipo de herramientas como rúbricas o comentarios. Por lo tanto, evaluar no es solo poner una nota, si no una ayuda para la progresión del alumnado.


Si queréis saber más sobre el tema, os dejo unos enlaces:



¡Espero que os haya servido de ayuda!

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2 Comments


Hola Antía:


Felicidades por tu entrada, me ha encantado.


Estoy totalmente de acuerdo contigo, la evaluación es un proceso de gran importancia en la educación. Sin embargo, considero que no se le debe dar más importancia de la que tiene para evitar que el alumnado se centre única y exclusivamente en esa parte de la materia. También, como tú dices, hacer exámenes es un buen método para evaluar, pero estos deben de combinarse siempre con otros métodos. Quizás emplear comentarios sin una nota a la hora de realizar las correcciones es una buena forma de que los estudiantes puedan ver sus errores y se enfoquen en corregirlos.


Te mando un abrazo,


Rocío Pumares.

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Alba Troncoso
Alba Troncoso
Feb 13, 2020

Hola Antía,


Felicidades por tu entrada, me ha parecido muy interesante.


Como bien dices, la evaluación es un proceso muy importante y creo que determina el proceso de aprendizaje de los estudiantes. El problema es, en mi opinión, el peso que se la ha dado a la nota numérica durante muchos años. De esta manera, lo que más importancia tenía para nosotros como alumnos/as era recibir esa calificación; muchas veces llevando a encasillarnos en un resultado determinado, pensando que ahí es a donde podíamos llegar.


Sin embargo, esta no es la única consecuencia negativa. Creo que estas calificaciones no aportan nada a la evolución del alumnado. Es decir, necesitamos que nuestro profesor/a nos de feedback para saber qué hemos hecho…


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